Grifo y agua mineral natural: características y diferencias
Beber agua es muy bueno, todos los sabemos. Es parte de nuestro cuerpo y la necesitamos para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Y sin embargo, existe una gran paradoja: millones de personas carecen de acceso al agua potable y muchos de quienes cuentan con este beneficio desconfían de su seguridad.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, más de 2.600 millones de personas carecen de acceso a un agua segura, lo que provoca muchas muertes por enfermedades relacionadas a la contaminación del agua. Mientras muchos organismos internaciones y organizaciones sin fines de lucro trabajan para paliar la situación de estas poblaciones, otras ong se ocupan de explicar a la gente que sí posee servicios de saneamientos que el agua que llega a sus grifos es segura. Vaya paradoja.
Claro que habrá casos particulares en los que factores específicos puedan dañar la calidad del agua, sin embargo, los especialistas indican que el agua que obtenemos del grifo contiene minerales en las cantidades necesarias y proporciona la hidratación correcta. Pero algunos somos muy afortunados y podemos elegir, incluso entre las aguas embotelladas.
Y es que, como ya te hemos explicado, las diferentes marcas de agua mineral poseen, cada una de ellas, características propias y no existen dos aguas minerales iguales. El contenido de cada una de ellas las convierte en más o menos idóneas para los pacientes con determinadas patologías.
Algunos ejemplos:
- Aguas bicarbonatadas o alcalinas: facilitan la digestión y neutralizan la acidez de estómago;
- Aguas magnésicas: contribuyen a la mineralización de huesos y dientes y ayudan a combatir el estres, aunque pueden resultar ligeramente laxantes
- Aguas hiposódicas: recomendadas para la hipertensión, la retención de líquidos y las alteraciones renales
- Aguas carbónicas: con gas estimulan el apetito y facilitan la digestión.