Fontecelta, historia de una fuente de aguas curativas
¿Sabías que muchas de las grandes empresas de agua mineral tienen su origen en manantiales donde acudian antiguos poblados? Así es, muchos de los manantiales que abastecen a las embotelladoras más importantes eran usados como fuentes de aguas curativas, cuyas propiedades propiciaban la buena salud. Les contamos la historia de Fontecelta.
El manantial de Céltigos surgió de una charca hasta ser la sede de Fontecelta. La moderna planta de envasado de agua mineral era apenas una charca dentro de un juncal que los vecinos de la zona utilizaban para tomar baños, considerados beneficiosos para su salud. Aunque no había ningún control médico, el lugar funcionó como balneario hasta 1960.
Los buenos resultados que obtenían los vecinos, sobre todo en efermedades cutáneas, aumentaron la fama del balneario y sus aguas curativas. Hubo un caso que confirmó la eficacia de las propiedades del lugar: el ex presidente de la República Española, Nicolás Salmerón, se curó de un eccema tras tomar varias sesiones de baño en el balneario de Céltigos en la etapa en la que estuvo desterrado en Lugo.
Hacia 1920 la asistencia de pacientes superaba a las 4.000 personas, en un lugar en que el acceso no era sencillo: los caminos se encontraban en mal estado y sólo se podía llegar a caballo. Durante la década del 1960 comenzó el embotellado de las ya famosas aguas.
El resto de la historia está marcado por el crecimiento de la empresa Fontecelta, que estuvo en manos de Rumasa, luego de Corporación Nororeste y finalmente, se vendió a una empresa de distribución de Vigo que dirige el ex presidente del Celta, Horacio Gómez.
Hoy, Fontecelta es una empresa modernizada, dedicada a exportar los otrora recursos de todos los vecinos.