Agua o Casera Blanca

Hace unos años, viendo un programa de televisión sobre nutrición en general (niños, adultos, ancianos), hubo una llamada de teléfono de una persona la cual exponí­a que, su hijo, de 8 años de edad, no querí­a beber agua y sólo conseguí­a que bebiera Casera Blanca. Decí­a que el agua para él le sabí­a mal y eso que habí­a intentado darle agua mineral e incluso de sabores, pero lo único que él querí­a beber era casera (ni siquiera otros refrescos como Coca-cola, pepsi, fanta,...).

Lo que más me chocó fue la respuesta que le dió la nutricionista donde dijo que el agua y la casera blanca era lo mismo, y que si bebí­a casera blanca era como si bebiera agua, que no le pasaba nada siempre que el niño fuera normal (es decir, que estuviera en su peso normal y estuviera "bien"). Me pareció una respuesta demasiado inverosimil porque, de todos es sabido, que los refrescos, incluí­da la casera blanca, tienen muchos azúcares (de ahí­ el sabor tan adictivo que llegan a tener) y que una nutricionista le pudiera responder así­ fue algo que me dejó helada.

Debemos tener en cuenta que nuestros hijos tienen que nutrirse y renovar el agua que pierden al moverse, y para eso lo mejor es el agua, nada de refrescos que lo único que hacen es que sean adictos a ellos y les perjudiquen, por ejemplo, los gases (gran acumulación de los mismos en el estómago).

Si un niño no quiere beber agua hay que intentarlo, una y mil veces, pero no podemos dejar que se salga con la suya, estamos dándole una vida para el mañana, no para un ratito.

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