Los consumidores de agua embotellada no la compran por motivos de salud
Aunque la creencia popular dicta que el agua embotellada es más saludable que el agua corriente, un pequeño estudio publicado en la versión on-line de revista BMC Public Health reveló que esta consideración no es uno de los principales motivos por lo que la gente la compra.
Un equipo de investigadores en Reino Unido halló que entre fanáticos del gimnasio entrevistados, muchos pensaban que el agua embotellada era más pura y saludable que el agua corriente, aunque luego les costó enumerar algún beneficio específico para su salud.
Después, ante la consulta sobre qué motivación tenían para comprar agua embotellada, la salud no estaba dentro de la lista. Sí, en cambio, la superó el sabor, la comodidad y el costo. Y es que el aumento de la demanda de agua embotellada ha sido sostenido durante la última década y a las preocupaciones por la salud se les suele atribuir una fuerza motivadora, explicó el equipo de University of Birmingham.
Otros estudios, confirman el escepticismo de los consumidores sobre las ventajas del agua embotellada para la salud; sobre todo, al considerar que alrededor del 25 por ciento del agua embotellada proviene del suministro municipal de agua, lo que la convierte básicamente en agua corriente embotellada.
Por el contrario, el agua mineral natural es pura desde su origen, sin tratamientos químicos o microbiológicos, mantiene constante su contenido en minerales y oligoelementos y se envasa tal como mana de la fuente natural de la que se obtiene.
Elige la que quieras y por los motivos que más te convenzan, pero bebe agua. Aprovecha cualquier momento para beber: antes del desayuno pide un vaso de agua con el café de la mañana, con la tapa del mediodía, en el trabajo, etc. Muchos estudios indican que no bebemos porque no hemos aprendido a hacerlo y nunca encontramos tiempo para ello.
Si aún así, tu disgusto por el agua es mayor, encuentra otras formas de integrarla. Puedes beber infusiones, prepararte zumos naturales y mezclarlos con agua para disimular su consumo, y añadir cubitos de hielo a lo que bebas; cocinar caldos vegetales para aprovechar las propiedades vitamínicas de las verduras o caldos de carne ricos en proteínas.
Bebe mucha agua; no importa si es embotellada o de grifo, lo importante es que la injieras.